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en material reciclado

Reciclaje de los metales: lo que deberías saber

Hablemos del reciclaje de los metales. Pregunta a cualquier persona qué materiales son reciclables, probablemente conseguirás listas muy parecidas: plástico, papel, aluminio y vidrio.

Cualquiera de las listas estará -te lo aseguro- muy lejos de recoger todo lo que puede reciclarse ahora mismo en viviendas particulares y en centros de trabajo. Y es que las autoridades públicas han invertido muchos recursos en mostrarnos las bondades de reciclar, pero poco o nada en instruirnos en lo que realmente podemos reciclar.

Se nos muestra los beneficios de reciclar para el medio ambiente y para la economía, pero no acabamos de tener claro qué se aprovecha de cada uno de los materiales reciclables y cómo podemos contribuir más y mejor.

Reciclado de los metales con latas de refrescos
Latas para reciclar.

Lo cierto es que muchos materiales supuestamente reciclables que van al contenedor del reciclado acaban yendo a la basura general porque no se pueden reciclar, porque las plantas a las que se destinan esos materiales no están preparadas para tratarlos.

Aunque, a veces, muchas veces más de las que debería, lo que no se recicla lo es por comodidad, desidia y falta de compromiso.

Los ciudadanos sin formación en reciclaje y sin una idea completa de cómo colaborar de verdad con el modelo de reciclaje público, confía en que lo está haciendo bien y que, en su caso, el sistema de la empresa de reciclaje sabrá cómo extraer el material original para recuperar la materia prima.

Este es el caso del reciclaje de los metales, y, en particular, el del reciclado de aluminio. El reciclaje de los metales y el de aluminio ofrece fórmulas de recuperación de materias primas económicamente viables y técnicamente eficientes.

Reciclado de metales
Lata de refresco nunca reciclada.

Reciclaje de aluminio

En el reciclaje de aluminio se aplica lo que se conoce como proceso de ‘circuito cerrado’. Proceso en el que no se agregan ni se añaden adulterantes -llamémoslos así- en el ciclo de reciclaje. Literalmente lo que entra en la planta para reciclar es lo que sale de ella para aprovechar.

Esto significa que el reciclaje de aluminio es extremadamente eficaz en lo que es uno de los principales objetivos del reciclaje. Se necesita menos material nuevo. Lamentablemente, nuestra tendencia a arrojar nuestras latas de refresco al contenedor de reciclaje cuando terminamos sólo representa el 50% de todo el consumo. Reciclamos más papel de oficina que de aluminio, en lo que es supone un proceso de reciclado no tan eficiente.

Esto no quiere decir que el reciclaje de metales deba prevalecer sobre el papel de oficina y que debas obsesionarte por ello. Digo ésto sólo para que caigas en la cuenta de cómo nuestros hábitos de reciclaje basados en información sesgada, está perjudicando a la industria y a las políticas en defensa del reciclado y del medio ambiente.

Accesibilidad al reciclado

La disparidad de alrededor del 20% entre el volumen del papel que se recicla en la oficina y lo que reciclamos de aluminio tiene que ver con la accesibilidad que tenemos a un contenedor de reciclaje en el momento de deshacernos de la basura.

Es fácil encontrar a estas alturas contenedores de papel para reciclar en los centros de trabajo, pero cuando consumimos latas de refresco en la calle, no es tan fácil encontrar donde dejarlas para aprovechar el aluminio.

Es cierto que los propietarios de los centros comerciales y otras zonas de consumo similares podrían colaborar más incluyendo depósitos para latas cerca de los cubos de basura, también nosotros como usuarios activos en materia de reciclaje podríamos poner algo de nuestra parte para dejar de ir a lo fácil y tirar las latas en las papeleras de basura común.

Transporte de metales para reciclar
Transporte de metales para reciclarlos.

Reciclaje de acero

El reciclaje de metales tampoco se limita a las latas de aluminio. El reciclaje de acero es otra manera de reciclaje extremadamente eficiente. Hay muy poca pérdida de calidad cuando el acero se somete al proceso de reciclaje, y los costos de extracción y producción, tanto económicos como ambientales, de crear acero nuevo son exorbitantemente más altos que el costo de reciclarlo.

A diferencia del aluminio, esta forma de reciclaje es más una cuestión de sentido común que de conveniencia personal. Cuando retiramos un electrodoméstico, u otro artículo doméstico que contiene acero (la fuente de la mayoría de los desechos de acero de uso doméstico), generalmente lo enviamos al basurero.

La próxima vez, envíala a la planta de reciclaje o llévala al punto limpio de tu zona; es sólo una cuestión de pensar en todo, en términos de si se puede reciclar o no, en lugar de tirar inmediatamente algo a la ‘basura’. Sin pensar.

Ahorro de combustible

Al incrementar nuestro reciclaje de los metales, podemos ahorrarle a nuestro país millones en gastos de combustible que normalmente se destinarían a la producción de material nuevo. Si bien es fácil caer en la convicción de que siempre hay más materia prima disponible (falsa en sí misma), las personas a menudo se olvidan de los otros beneficios prácticos del reciclaje.

La próxima vez que estés a punto de tirar una lata de aluminio a la basura, o dejar tu nevera o refrigerador de acero inoxidable en la acera para que lo lleven al basurero, intenta verlo de esta manera.

Intenta imaginar como el metal nuevo es producto de una actividad minera muy compleja y costosa. Piensa también en todo el combustible que se gastará para obtener material nuevo. Y aún más, imagina que cuando sea material de desecho en un basurero, cuando se convierta en un material totalmente inútil, tendrá un lugar bajo una montaña de basura de diez mil toneladas ¿Te lo imaginas?


Sergio Suárez Benítez

«Recicla, no es por sólo por ti, es por todo y por todos».

Sergio Suárez. Enmaterialreciclado.